En una ocasión, cuando Radha iba a viajar hacia Mathura por la tarde, estaba sola. Viendo esto, las demás Gopikas comenzaron a seguirla. Para cuando llegaron al río Yamuna ya se había puesto oscuro. Las Gopikas advirtieron a Radha de que no debía ir a Mathura en la oscuridad; pero si tenía que hacerlo, ellas la acompañarían. Con el sentimiento de que Brindavan pertenece a todos y Govinda también pertenece a todos, ella accedió a llevarlas consigo. Se turnaron remando en el bote, para que ninguna se cansara. A pesar de que remaron toda la noche, no llegaron a Mathura. Al amanecer, los residentes de Gokulam se encaminaban al río. Las Gopikas habían remado toda la noche, pero encontraron que seguían estando cerca de Gokulam. Se dieron cuenta de que no habían quitado la soga que ataba el bote al poste de la orilla. A pesar de que en el bote se había remado, y a pesar de que había agua, y que ellas tenían la fuerza necesaria para moverlo, el bote no se había movido. De la misma manera, si no eliminamos la atadura a nuestros sentidos y órganos, no podremos avanzar en absoluto.
- Bhagavan Sri Sathya Sai Baba ("Lluvias de verano" 1976, Capítulo 12)