Con profundo amor y gratitud, compartimos lo vivido durante la visita del Consejo Nacional a la Región Córdoba, entre los días viernes 15, sábado 16 y domingo 17 de agosto. Fueron tres jornadas colmadas de devoción, fraternidad y servicio, en las que cada encuentro se transformó en una oportunidad para fortalecer la unidad y renovar el compromiso con la misión de Swami.
Viernes 15 – Alta Córdoba
La visita comenzó por la tarde con la celebración de Krishna Janmashtami, donde devotos y miembros del Centro se unieron en cantos y alegría. El Consejo ofreció como presente un cuadro de Krishna, símbolo de amor y protección divina. Participaron aproximadamente 30 personas, y la jornada concluyó con prasad y una deliciosa cena preparada por los hermanos de Alta Córdoba, que colmó de gratitud y calidez a todos los presentes.
Sábado 16 – Los Sauces y La Falda
La segunda jornada comenzó con una visita a la comunidad de Los Sauces, donde los hermanos compartieron cómo funcionan sus servicios y nos invitaron a un desayuno lleno de cariño. En un clima de confianza, conversamos sobre los desafíos actuales y la importancia de caminar juntos.
Por la tarde, nos trasladamos a La Falda, donde conocimos de cerca las experiencias del grupo itinerante y sus esfuerzos por expandir el mensaje de Swami. También se aprovechó la visita para compartir momentos de amor en un geriátrico de la localidad, llevando compañía y música a los mayores, y también participando en la ceremonia de la Pachamama junto a los abuelos del lugar.
Domingo 17 – Alta Córdoba
La mañana del último día del encuentro comenzó con recitación de Vedas, seguidos del juramento y la presentación del Consejo. Hubo momentos de reflexión sincera y afectuosa, que dejaron una huella de unidad en todos los corazones.
Tras un almuerzo compartido, se realizaron los talleres de Educanto: Viviendo en SaiAmor – Un viaje del yo al nosotros, que invitaron a profundizar en la experiencia de transformar la individualidad en verdadera colectividad espiritual.
El encuentro concluyó con una emotiva ceremonia de cantos y un cierre festivo con cena y charlas entrañables. Como en tantas otras ocasiones, las anécdotas, las risas y los satsangs reforzaron el lazo de amistad y devoción entre los hermanos de Córdoba y el Consejo. Estas tres jornadas en Córdoba fueron mucho más que un itinerario de encuentros: fueron un verdadero peregrinaje hacia el corazón del mensaje de Swami. Cada sonrisa compartida, cada canto elevado al cielo, cada gesto de servicio y cada conversación sincera se transformaron en semillas de luz que seguirán germinando en el tiempo.
El Consejo Nacional no solo encontró comunidades activas y devotas, sino también un reflejo vivo de lo que significa caminar en unidad, poniendo a Dios en el centro de cada acción. El espíritu de los hermanos de Córdoba nos recordó que, más allá de las distancias y de los desafíos que puedan presentarse, la fuerza de la fraternidad y el amor incondicional son la base que sostiene nuestra misión.
En Alta Córdoba, Los Sauces, La Falda y cada espacio visitado, quedó la certeza de que el trabajo espiritual no se mide en números, sino en la intensidad del amor que se entrega. Los momentos de devoción, las experiencias compartidas y el servicio desinteresado son testimonio de una comunidad que vibra al unísono con el llamado de Swami: “Amar a todos, servir a todos”.
Al concluir estas jornadas, llevamos con nosotros no solo recuerdos entrañables, sino también el compromiso renovado de seguir construyendo juntos una obra de amor que trascienda lo individual y abrace lo colectivo. Que cada recitación siga resonando en nuestros corazones como oración viva, que cada encuentro inspire nuevos caminos de servicio y que cada paso esté guiado por la luz de Sai.
El Consejo regresa a sus hogares con gratitud profunda y con la certeza de que Córdoba nos ha dejado una lección invaluable: cuando el amor se convierte en acción, la unidad florece, y en esa unidad, el mensaje de Swami se expande con fuerza y dulzura.
Que esta visita sea el inicio de un nuevo capítulo de colaboración, inspiración y servicio, donde cada devoto, cada hermano y cada comunidad pueda reconocerse como parte de una misma familia universal, sostenida en el abrazo amoroso de nuestro Amado Bhagavan Sri Sathya Sai Baba.