“Tyaja Durjana Samsargam;
Bhaja Sadhu Samagamam
Kuru Punyam Ahorathram
Manténganse alejados de la mala compañía, busquen la buena compañía y realicen actos meritorios día y noche.”
Sathya Sai Baba – Discurso Divino del 25 de Octubre de 2001.-
“Para reconocer y experimentar la divinidad, Buda emprendió varias prácticas espirituales. Él estudió textos sagrados, se reunió con personalidades eruditas y escuchó sus sermones, pero no estaba satisfecho. Al final, llegó a la conclusión de que los cinco elementos son las formas mismas de Dios. Están presentes en forma sutil en todos los seres. Nuestros antiguos llamaban Atma al Akasha. “El akasha es infinito e informe” (“Akasham Gaganam Sunyam”). El Atma no tiene ninguna forma específica. Buda hizo esfuerzos concentrados por experimentar el Atma. Él volteó su visión hacia adentro e inquirió en la naturaleza del Atma. Finalmente, pudo tener la visión de la refulgencia átmica. La refulgencia es un aspecto del fuego. Por esto el Atma es llamado ‘Personificación de la Luz’ (Jyoti svarûpa). Por esto deben sumirse en la contemplación de lo Divino en la forma de la luz.
Buda notó mucha diversidad y mundanalidad en las vidas de las personas. Las personas se critican, se exaltan o se honran las unas a las otras. Buda notó esto y se preguntó, ¿Quién crítica y quién es criticado? ¿Quién adora y quién es adorado? Al inquirir así, él pudo visualizar la unidad en la diversidad. La razón por la cual el hombre desarrolla malas tendencias como la ira, la envidia, el odio, y otras, es porque ignora la unidad y percibe sólo la diversidad. De hecho, no hay ninguna diversidad. “El Atma único está presente en todos los seres” (Ekatma Sarvabhutantaratma). Hay un solo poder supremo en este mundo” Sathya Sai baba – Discurso Divino del 25 de Octubre de 2001.-
“De las enseñanzas del Buda al mundo, la principal fue Ahimsa (no causar daño a nadie). La no violencia no es meramente abstenerse de herir a otros con las propias extremidades o con armas.
La no violencia tiene que practicarse con Thrikarana Shuddhi (pureza de mente, lengua y cuerpo). No debe haber malos sentimientos, que son una forma de violencia. Causar daño a otros mediante el cuerpo también es Himsa (violencia). Nadie debe resultar herido ni siquiera a causa de la palabra. Las palabras deben ser dulces, agradables y sanas.
Buda estableció tres reglas para todas las acciones. Todos los actos realizados con las manos deben ser buenos. El ornamento apropiado para Kantham (la garganta) es la verdad. Para los oídos, el mejor ornamento es escuchar enseñanzas sagradas. ¿Qué otro ornamento necesita uno?” (Shloka sánscrito).” Sathya Sai Baba – Discurso Divino del 15 de Mayo de 1996.-
“Buda supo y dio a conocer al mundo las verdades: todo es dolor, todo está vacío, todo es fugaz, todo está corrompido; así que el hombre inteligente tiene que cumplir con discernimiento, diligencia y desapego los deberes que se le han impuesto. Desempeñen el papel, pero mantengan su identidad inafectada. Tengan su mente en el ashram (lugar donde vive un Maestro) del bosque, sin ser alterada por el mundo acelerado y sin rumbo. Es su deber, un deber del que no pueden escapar; ocuparse totalmente en su trabajo, sin inquietarse con la pérdida o la ganancia, el fracaso o el éxito, la calumnia o el elogio.” Sathya Sai Baba – Discurso Divino 23 de Noviembre de 1975.-
HISTORIA
“Una vez Buda preguntó: “¿Quién es el hombre más rico del mundo?”. Y respondió: “El que está satisfecho con lo que tiene es el hombre más rico”. A la pregunta: “¿Quién es el hombre más pobre?”, Buda respondió: “El que tiene muchos deseos”.
Un maharajá que estaba escuchando los sermones de Buda sobre el contento y la renunciación, deseaba ganarse su aprobación.
Buda solía llevar consigo un tamborcillo de cascabeles. Sus discípulos una vez le preguntaron:
—¡Maestro! ¿Por qué tienes siempre a tu lado este tamborcillo?
Buda respondió:
—Tocaré este tambor el día que se me acerque la persona que haya hecho el sacrificio más grande.
Todos deseaban saber quién sería. Esas personas suelen quedar en el olvido.
Como deseaba obtener esta distinción, el maharajá cargó sus elefantes con un valioso tesoro y se dirigió a donde estaba Buda con la intención de ofrecerle las riquezas y obtener su elogio.
Buda muestra lo que significa el verdadero sacrificio En el camino, una anciana saludó al maharajá y le suplicó:
“Tengo hambre. ¿Me darías algo de comida?”. El maharajá sacó una granada de su palanquín y se la dio a la anciana. Esta llegó con la fruta a ver a Buda.
Para entonces, el maharajá también había llegado adonde se encontraba Buda y esperaba ansioso el momento en que Buda tocara el tamborcillo. Pero durante un largo rato Buda no lo usó. El maharajá permaneció allí.
La anciana se acercó tambaleando a Buda y le ofreció la granada.
Buda la tomó inmediatamente y tocó el tamborcillo.
Entonces el maharajá le preguntó a Buda:
—Te ofrecí tantas riquezas y tú no tocaste el tambor; pero sí lo hiciste después de recibir una pequeña fruta. ¿Es eso un gran sacrificio?
Buda respondió:
—Maharajá! En el sacrificio, no es la cantidad lo que cuenta. Es la calidad del sacrificio lo que importa. Es normal que un maharajá ofrezca oro. Pero es enorme el sacrificio que hace una anciana hambrienta que ofrece una granada al Guru a pesar de padecer hambre. A ella ni siquiera le importaba su vida, y me dio la fruta.
¿Qué sacrificio más grande puede haber? Dar lo superfluo no es un sacrificio. El verdadero sacrificio implica dar lo que es más valioso para ti, aquello que más aprecias.”
Sathya Sai Baba – Discurso Divino 26 de Junio de 1988